cuántas veces pasamos momentos
desagradables, o para decirlo mejor:
"nos hacemos mala sangre..."
Y ni hablar, cuando un disgusto familiar
nos quita el sueño...
Hay un remedio, simple, al alcance de todos. No se necesita pagar, no hace falta pedir turno en ningún consultorio, ni nadie tiene por qué saberlo más que nosotros mismos.
Esta panacea ha estado al alcance de la humanidad durante milenios, y a pesar de ello muchos la desprecian ...
ES LA ORACIÓN...
Pero esto no significa vivir en la iglesia, mezquita o sinagoga. Todas las religiones tienen sus libros de oraciones: la Biblia, el Talmud, los Vedas...
La oración hace: crear y creer pensamientos buenos, muchas úlceras e infartos se alivian gracias a ella.
Nos permite descansar, para llegar a nuestro interior y buscar la Paz...
Nos eleva al Señor, y ayudar a nuestros hermanos...
Trae la Paz a quienes nos rodean. Si estamos con otros que también oran, entonces la oración será un diálogo entre creyentes, y no habrá lugar para palabras hirientes.
Esto no es una propaganda de ninguna religión, culto o dogma. Simplemente, es algo que se ha utilizado por miles de hombres, en distintas épocas de la historia y situaciones diversas siempre con resultados muy buenos.
Por qué no empezar a orar en este momento? Empieza ya, el Señor te bendecirá!
GLORIA AL SEÑOR! PARA SIEMPRE, AMÉN.
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